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  ¡Ni-Olvido-27F-¡Ni-Perdón-3 by   ariasmoroandrea

domingo, 7 de septiembre de 2008

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a usted Señor!

Señor:

Según dicen usted ya tiene otra amante.
Lástima que la prisa nunca sea elegante.
Yo sé que no es frecuente que un hombre rico,
se resigne a ser fiel, y solo de su esposa.

Y me parece absurdo discutirle el derecho que tiene usted
de compartir sus goces sus viajes y su dinero con quien quiera
pero el amor señor, cuando llega el olvido
también tiene el derecho de un final distinguido.

Perdón... Si es que lo hiere mi reproche... Perdón
aunque sé que la herida no es en el corazón como la mía
Y para perdonarme... Piense primero si hay mas motivos
en lo que yo le escribo, que en lo que usted ha hecho.

Pues sepa que una dama con la espalda desnuda
sin luto en una fiesta, puede ser una viuda.
Pero no como tantas de un difunto señor
sino para ella sola, viuda de un gran amor.

Y nuestro amor recuerdo, fue un amor diferente
al menos al principio, ya no, naturalmente.

Usted será el crepúsculo a la orilla del mar,
que según quien lo mire será hermoso o vulgar.
Usted será la flor que según quien la corta,
es algo que no muere o algo que no importa.

o acaso cierta noche de amor y de locura
yo vivía un ensueño y... y usted una aventura?
Si... usted juró cien veces amarme y ser para siempre mío
pero yo besaba sus labios y no lo creía.

Usted sabe y perdóneme que en ese juramento
influye demasiado la dirección del viento.
y el viento que le llego a usted señor lo llevo muy lejos de mis momentos!
Por eso no me extraña que ya tenga otra amante
a quien quizás le jure lo mismo en este instante.

Y como usted señor ya aprendió a ser infiel
a mí así de repente me da lastima por ella.

Sí es cierto... alguna noche de estas desvié mi mirada
y en otros ojos me olvidé de los suyos
O una tarde de lluvia se iluminó mi ser
apreciando el gesto de alguien que me daba su querer.

Y también es posible que mi amor indolente
desdeñara su vaso bebiendo en otra corriente.
Sin embargo señor... Yo con sed o sin sed
nunca pensaba en otro... si lo besaba a usted.

perdoneme de nuevo si le digo estas cosas 
pero es que ni los rosales dan solamente rosas
y no digo estas cosas por usted ni por mi
sino por los amores que terminan así

pues vea, señor, que diferencia había 
entre yo que lloraba y usted que reía
pues nuestra historia concluye con finales diversos
usted besando a otra y yo escribiendo estos versos!